HACIA UNA DEFINICIÓN COHERENTE DE CIENCIA ESPIRITUAL
Desde que comencé a compartir públicamente la formación Ciencia Espiritual, han surgido propuestas variadas usando este mismo término. Esto refleja un fenómeno creciente de mercantilización veloz, donde cualquier término o concepto que parezca generar likes o beneficios económicos se utiliza de manera indiscriminada, muchas veces sin coherencia ni profundidad. Por ello, brindo en esta página los fundamentos clave que un cuerpo de conocimiento debiera tener para poder ser llamado, con propiedad, Ciencia Espiritual.
¿QUÉ ES CIENCIA ESPIRITUAL?
Ciencia Espiritual es un neologismo que utilizo desde el 2014 para transmitir de forma adecuada la sabiduría perenne en los tiempos actuales. El espíritu —ya sea comprendido como Ruaj, Pneuma o Ātman— es dinámico y no puede ser encapsulado en estructuras rígidas o dogmáticas sin perder su esencia transformadora.Por ello, no puede cristalizarse en dogmas, ya que cuando lo hace termina por pervertirse, como sucede con todo sistema cerrado que se vuelve incapaz de ofrecer respuestas coherentes a los desafíos presentes o futuros. Por ello, entendemos la Ciencia Espiritual como una forma de llamar a la filosofía perenne, sabiduría eterna o Tradición Primordial, adaptada a nuestra época, lo cual implica necesariamente incorporar los avances en el conocimiento científico.
De esta manera, la Ciencia Espiritual busca mantenerse viva, relevante y en diálogo constante con los desafíos de cada época, sin perder su conexión con la verdad eterna.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA CIENCIA ESPIRITUAL
1. Marco teórico coherente
Toda Ciencia Espiritual se basará en un sistema lógico y racional, donde las premisas que no puedan ser corroboradas por el método científico sigan una lógica consistente y no contradigan los avances de la ciencia moderna. Esto garantiza un diálogo con la razón y la experiencia, sin perder profundidad espiritual. Además, deberá incorporar herramientas metodológicas, como la hermenéutica o la fenomenología, para interpretar experiencias trascendentes, respetando su naturaleza simbólica y su conexión con el sentido humano más profundo.
2. Integración de saberes interdisciplinarios
La Ciencia Espiritual incorporará conocimientos provenientes de disciplinas como la psicología, neurociencia, filosofía, física, fenomenología de la religión y otras ramas del saber formal, siguiendo la línea de la filosofía perenne, que entiende que todo proviene de una misma fuente. Este enfoque fomenta un diálogo enriquecedor entre espiritualidad y ciencias empíricas, donde cada rama del conocimiento aporta una perspectiva complementaria que ayuda a tener una mejor comprensión del Todo. Así, todo avance sobre el conocimiento humano representa, a la vez, un avance válido para comprender la verdad trascendente.
3. Reconocimiento del carácter simbólico y no dogmático del conocimiento
Aquello que no pueda demostrarse mediante el método científico deberá interpretarse como simbólico, representando una realidad más profunda y trascendente. Este carácter simbólico no deberá establecerse como un dogma, sino como una herramienta de comprensión abierta al cambio y a la evolución con nuevos descubrimientos. De esta manera, la simbología espiritual se adapta y enriquece constantemente, manteniendo su relevancia en diálogo con los avances científicos y las transformaciones culturales. Esto garantiza que el conocimiento espiritual conserve su esencia dinámica y se aleje de la rigidez propia de sistemas cerrados.
4. Claridad en la distinción entre lo exotérico y lo esotérico
Una Ciencia Espiritual genuina reconocerá que la realidad, en todas sus dimensiones, posee un aspecto exotérico (externo, visible, material) y otro esotérico (interno, sutil, inmaterial). Lo esotérico, al estar relacionado con lo sutil y, por tanto, menos accesible al método científico tradicional, no es menos real. Opera en diferentes niveles de profundidad, como el emocional, mental/psicológico y espiritual o trascendente, cada uno de los cuales requiere métodos específicos de investigación y abordaje, adaptados a su naturaleza. Por ello, toda Ciencia Espiritual se apoyará en los avances de las ciencias modernas para enriquecer y complementar el conocimiento espiritual, promoviendo una integración auténtica y dinámica.
Estos principios son fundamentales para garantizar que cualquier propuesta que se identifique como Ciencia Espiritual mantenga coherencia, profundidad y un compromiso con la verdad trascendente. Solo así se puede preservar su esencia, diferenciándola de propuestas superficiales o comerciales que distorsionan su propósito original.
Si alguien está interesado en este enfoque y desea formarse para colaborar con el crecimiento y la difusión de la Ciencia Espiritual, no dude en consultarme. La formación CIENCIA ESPIRITUAL está diseñada para ofrecer una base sólida que permita desarrollar una Ciencia Espiritual coherente y respetuosa, capaz de integrarse con los avances del conocimiento humano sin perder su profundidad trascendente.